El martirio de San Isidoro, amigo de Sina el soldado. 

En este día San Isidro, el compañero de Sina, el soldado, fue martirizado. Sina, oriundo de la ciudad de Deknash, fue uno de los soldados que acompañó al gobernador de Farma. San Isidro era su amigo y trabajaba como fabricante de lana. Ambos daban limosna a los pobres y necesitados con lo que ganaban. Una noche ambos vieron una visión y les pareció que una virgen se les acercó con coronas que colocó sobre sus cabezas. Cuando despertaron de su sueño, se contaron mutuamente lo que habían visto, y se regocijaron grandemente al creer que el Señor los había llamado a recibir la corona del martirio. Fueron al gobernador y sin atar la faja del soldado y la arrojaron ante él y ambos confesaron al Señor Cristo. Él ordenó su detención, pero Dios envió a su ángel y los consoló. 

El gobernador envió a San Sina a Alejandría y San Isidro permaneció prisionero solo. Después de un corto período, San Sina fue devuelto a la Farma y San Isidoro se regocijó al encontrarse con su amigo, y se contaron mutuamente lo que les había sucedido. El gobernador los torturó severamente y ordenó que San Isidro fuera arrojado a un pozo con fuego allí. San Isidro le pidió al soldado que esperara y oró pidiéndole a nuestro Señor Cristo que aceptara su alma y cuidara su cuerpo. Se entregó a los soldados y lo arrojaron al pozo, pero su cuerpo no fue dañado de ninguna manera por el fuego. La madre de San Sina estaba llorando por su hijo debido a su separación de su amigo. Después de un corto tiempo, San Isidro entregó su alma y en ese momento la madre de San Sina vio una multitud de ángeles llevándose el alma de San Isidro. 

Que su intercesión esté con nosotros y la gloria sea para Dios para siempre. Amén.