Search

Las Oraciones

Tercero: Las Oraciones

(Hablar a Dios)

Después del escuchar la voz de Dios a través de versos contemplativos, llega el turno de hablar con él. Él tiene ganas de oir tu voz, como ya lo explicó en lo que le dice a la virgen del Cantar de los Cantares: "Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, Muéstrame tu rostro, hazme oir tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto" (Cnt. 2. 14). Tu conversación con Dios puede tratar varios asuntos, de los que podemos mencionar:

-         El asunto del verso contemplativo.

-         Asuntos personales.

-         Peticiones para los demás.

-         Peticiones locales.

-         Peticiones universales.

1-  El asunto del verso contemplativo:

A través del verso contemplativo, Dios te habló sobre un pecado, un mandamiento, un privilegio, una promesa, uno de sus caracteres, un ideal.

Por eso, tienes que hablar con Él según se trate de una confesión, una petición, agradecimiento o glorificación.

a-  Confesión:

Si Dios te habló de un pecado particular, confiesa tu pecado pidiendo perdón por la sangre de Jesucristo, porque "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1Jn. 1. 9).

San Antonios dijo: "No guardes el pecado que has cometido porque lo más precioso que el hombre ha de tener es confesar sus pecados delante de Dios y reprocharse a sí mismo".

b-  Petición:

Si Dios te habló de un pecado particular o de un mandamiento, tienes que pedirle ayuda y fuerza para poder hacerlo porque dijo : "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer". (Jn. 15. 5).


Es muy lindo lo que dijo el Padre Isaías (uno de los monjes más conocidos): « Si rezas a Dios dile: ‘Señor Jesucristo, tú eres mi fuerza y mi esperanza y estoy en tus manos. Tú sabes lo que es bueno para mí, por eso dame fuerza y no me dejes cometer pecados o seguir mi voluntad. No me rechaces porque soy débil y no me abandones a mis enemigos. Refúgiame en ti, sálvame con tu misericordia’.

c-  Agradecimiento:

Si hablas con Dios a través del verso contemplativo, te ha ofrecido un privilegio especial o una bendición particular, y tienes que agradecerle esto, como dijo la Biblia: "Dad gracias por todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" (1Ts. 5. 18).

San Isaac (uno de los monjes más conocidos): "No hay un don sin progreso y creciemiento, sino el que le falta el agradecimiento".

Y dijo también: "Una boca que agradece siempre recibe una bendición de Dios, o un corazón que siempre agradece, pues la gracia sea en él".

d- Glorificación y Alabanza:

Si el verso te destacó uno de los caracteres excelentes de Dios, como su amor, su misericordia, etc., tienes que glorificarle y honrarle. Esto es lo que hizo el Profeta David cuando dijo: "Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia" (Sal. 106. 1).

Este es el material de la oración derivada de los versos contemplativos. San Basilios El Grande y el sabio Origanos sumaron estos cuatros elementos diciendo:

-         Al principio tenemos que honrar a Dios con toda nuestra fuerza y con toda nuestra habilidad. Podemos sentir esto en los Salmos 103 y 104: "Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre" (Sal. 103.1); "Bendice, alma mía, a Jehová. Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido; te has vestido de gloria y de magnificencia" (Sal. 104.1).

-         Pues le agradecemos por los bienes concedidos a todos los hombres en general y a nosotros en particular (ver el agradecimiento del Profeta David en el Cántico de liberación de David (2S. 22).

-         Después de esto, el hombre tiene que confesar sus pecados y su desobediencia pidiendo a Dios que le perdone sus pecados anteriores, y curarle de todas las enfermedades espirituales que lo dominan.

-         Finalmente, que el que reza pida por necesidades espirituales y corporales para él y para todos.

-         En el final, la oración se termina con una glorificación a Dios.


2-  Tus peticiones:

Este es otro material para hablar con Dios, que está contigo en la habitación donde rezas. La conversación puede tratar asuntos importantes, como:

a-  Decisiones fundamentales:

Si te enfrentas a una posición que necesita una decisión fundamental, o a un problema difícil que necesita una solución decisiva, pon el asunto ante Dios y habla con Él acerca de este asunto para que te guíe, a través de los versos de la Santa Biblia, hacia una decisión que esté de acuerdo con su voluntad, porque él prometió: "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos" (Sal. 32. 8).

b-  Definir los objetivos de tu vida:

Discute con Dios los objetivos por los que él quiere que vivas, si están de acuerdo con su voluntad, y si están dedicados a Dios y de acuerdo con el plan divino de tu vida.

San Pablo el Apóstol dijo: "Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven" (Ro. 14. 7-9).

c-  Participación de Dios en tu programa diario:

Pon ante Dios tus obras, tus actividades y tus visitas en este día, ya que el tiempo pertenece a Dios. ¿Está cada minuto de acuerdo con el pensamiento de Dios y conforme a su plan? Trata el programa del día con él para que anule lo que no quiere y añada lo que Él ve bien. "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Ef. 2. 10). Tienes que preguntarte si las obras que vas a hacer hoy son los obras buenas que Dios ha preparado para ejecutarlas.


3-  Peticiones para los demás:

Cuando estás en presencia de Dios, es mejor que le hables de tus hermanos, que sufren igual que tú, como dijo Santiago el Apóstol: "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho" (Stg. 5. 16).

Esto es lo que hacía San Pablo, ya que decía: "Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros" (Fil. 1. 3-4).

Al Santo Personofios le preguntaron:

Si una persona me pidió rezar por ella, ¿tengo que rezar o no? Dijo: Es bueno que reces por toda persona que te pida rezar por ella, porque Santiago el Apóstol dijo: "…y orad unos por otros, para que seáis sanados" (Stg. 5. 16). Y había gente que rezó por los Apóstoles. Pero tienes que hacer esto como si fueses indigno de hacerlo y sin súplica.

Habla con Dios sobre tu familia, tus parientes, tus amigos, tus vecinos y con prioridad sobre tus hermanos en la carne del Señor Jesucristo. La conversación puede tratar los asuntos siguientes:

a-  Asuntos definidos que les pertenecen como sus condiciones, sus problemas, sus enfermedades, sus tristezas, sus necesidades materiales, etc.

b-  Pide para ellos lo que pides para ti.

c-  Pide a Dios que salve las almas de quienes no le conocen todavía.

d-  Pide un desarrollo espiritual en la gracia y en el conocimiento de Dios para los que conocen a Dios y siguen su camino.

Estos son algunos asuntos que pueden ayudarte a abrir las puertas de la conversación con Dios acerca de los demás y que puedes registrar en una tabla de oración aclarando en ella el nombre de la persona por quien rezas, la petición concreta, el verso de la Santa Biblia a que se refiere esta petición (si puedes), la fecha del comienzo de la oración y la fecha de la respuesta a esta oración para poder agradecer Dios su respuesta (encontrarás en el diario de retiro una tabla para la oración por los demás).

4-  Peticiones para el servicio local:

Entre los asuntos que puedes hablar con Dios están los servicios locales de la ciudad y el país donde vives. La iglesia nos enseña a pedir en la misa divina diciendo: "Oh, Dios mencione la salvación de este lugar santo tuyo…". El diácono responde: "Orad por nuestra ciudad y las otras ciudades, los pueblos y las islas…". Pues tienes que pedir por:

1-  Los servicios de la iglesia donde rezas y las otras iglesias en la misma ciudad y en todo el país; y harás bien si pides por cada ciudad por separado.


2-  Los Curas, los Servidores y los Predicadores.

3-  Las escuelas del domingo y las reuniones de los jóvenes y las reuniones generales.

4-  La gente que viene a las iglesias y los que no vienen.

5-  La expansión de la palabra de la Santa Biblia para que entre en todas las casas y todos los corazones.

6-  Los gobernantes y todos los que están en posiciones.

Estos y otros son asuntos que puedes hablar con Dios, porque Dios se alegra, como dijo Isaías: "Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos" (Is. 45. 11).

5-  Peticiones para el servicio universal:

Sin duda Dios quiere al mundo: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Jn. 3.16) y envió a sus discípulos a todo el mundo para predicar la Biblia por el mundo entero: "Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura" (Mr. 16. 15). Pues será muy bonito que hables con Dios acerca de sus objetivos con el mundo y tu discurro puede tratar:

a-  La salvación del mundo entero.

b-  La extensión de la predicación de la Biblia en cada parte. Está bien hecho si mencionas cada continente (África, Asia, Europa, América, Australia).

c-  Pedir que Dios envíe obreros a su mies. "Y les decía: la mies en verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor que envíe obreros a su mies" (Lc. 10.2).

d-  Los desastres, los volcanes, los terremotos, las guerras, las hambres y las epidemias que ocurren en el mundo.

Estos son algunos asuntos que puedes hablar con Dios acerca del mundo (encontrarás en el diario de retiro una tabla para la oración semanal).

Tabla para la oración por los demás

No.

El nombre de la persona

La petición

El verso

La fecha del comienzo de la petición

La fecha de la respuesta