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Segundo Domingo del Mes de Abib (mes copto):

El Servicio y los tropiezos

Después del habla de la predicación, las lecturas del segundo Domingo del mes de Abib habla de los tropiezos del servicio y de los servidores. Como la parábola del mayordomo infiel en el evangelio de la oración de la víspera. En este evangelio, presenta la imagen del servidor fiel que hace sospechar el mundo en su servicio y su valor para tropezar a la gente. Mientras que el Salmo dice: “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos.” (Sal. 128. 1). “...Y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida.” (Sal. 128. 5). El servidor que sigue en el camino verá en su vida el bien de Jerusalén. El Salmo de la oración de la mañana completa los señales del servidor fiel diciendo: “Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará, y le dará vida.” (Sal. 41. 1-2).

La Epístola de San Pablo habla del evangelio diferente que difunden los inventores en toda generación; “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” (Gá. 1. 6-8). “Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.” (Gá. 1. 11-12).

La Epístola católica habla de los hombres por quien viene el tropiezo; “De éstos también profetizó, Enoc, Séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.” (Jud. 1. 14-15). Por eso la iglesia no puede descuidar en la enseñanza correcta.

El evangelio de la misa, según San Mateo capítulo 18, donde nos presenta este capítulo las bases fundamentales del servicio y de los servidores. “En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?” (Mt. 18. 1).

Esta pregunta es el origen de todos los sufrimientos de la iglesia a lo largo de los siglos, pues es la razón de todas las divisiones y los tropiezos de la iglesia. Todo servidor quiere hacer su propio evangelio para ser único con su opinión y enseñanza (La Epístola de San Pablo) y en esto la majestad mentirosa es la madre del tropiezo. Por tanto, el Señor Jesucristo dice en su respuesta a ellos: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” (Mt. 18. 6-7).

Este habla importante sobre los tropiezos del servicio es el tema del plan educativo de la iglesia para concebirlo juntos como servidores y servidos. No hay un hombre sin pecado sino que todos somos bajo la debilidad, y todo necesita corrección, dirección y advertencia. El servidor necesita continuamente de revisar sí mismo.